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Real, contagiosa y fría

Me tendrías que dar las gracias; después de todo, te cambie la vida.

Antes, te levantabas a las seis y media de la mañana, trabajabas todo el día, con suerte, cortabas al medio día y te comías un bocatita 12 años, de esos buenos, que tiene el cantinero de la esquina. Luego, corrías a buscar a los chavales al instituto para llevarlos al futbol, y a la clase de patín, te esperabas una horita y media, los recogías, y a llevarlos a casa, hacerlos comer, deberes, bañarse, la cama y volver a empezar. Que hermosa, vida de mierda…

En fin, todo cambio hace poquitito cuando te escuche cantar la canción de Luis Fonsi. Me llenaste de amor. Dale, no te hagas el boludo, que acá no está tu mujer. Me acuerdo de esta partecita: "entra en mi vida, te abro la puerta (…)”. Y no lo dude, tenía que comerte esos morros enormes con saborcito a birra, jamoncito y olivas…mmm qué delicia, ¡ah! y me olvidaba, de ese sabor a tabaquito de liar, ese que me moja las bragas.

Mmm…meterme dentro tuyo, ufff que calor me entra de solo pensar lo que son esas primeras veces, de sentirte bien caliente, de secarte la boca, de estar todo el día juntos sin dejarte ni siquiera respirar. Si te habrá gustado, que dejaste tu vida por mí. Está claro que eras un infeliz.

¿Cómo puedes mirarle la cara a tus hijos, sabiendo que repartes corazones en tu otra vida?, ¿Cómo puedes acostarte a su lado, rozando su piel, acariciando sus pechos, llegando hasta los lugares más íntimos? Cuando en cada minuto, en cada segundo, me sientes en tu interior. En tu garganta, en tu cabeza, en cada poro de tu cuerpo me hago presente de alguna forma.

No solo le ocultas lo nuestro a tu familia, sino que también, a tus amigos, a tus compañeros de trabajo y hasta tu propia madre.

Porque no compartirme con alguno de tus vínculos más cercanos, creo que eso te ayudaría a sobrellevarlo mejor y poder vivir lo nuestro, de una forma sana para los dos. Si prefieres que no tenga contacto con tus hijos, por mi está bien, aunque muero de ganas por conocerlos en persona; jugar con ellos, disfrazarnos, inventarnos historias. Yo que sé, lo típico: jugar a los doctores, a las mamas, a la policía, eso. Lo que hacíamos a su edad.

Si prefieres podríamos quedar con tus compañeros de trabajo, tomar una bien fría, after office, de esas que se usan mucho ahora y así me los presentas. Quizás, alguno muy guapo haga que te deje o mejor aún, que me quede con los dos…mmm que puta que soy a veces, pero me encanto. No es por apresurarme, pero ya vi a uno que para ser blanquito y rubio, es bastante guapo.

Quiero ser parte de tu vida ¿Es que no lo entiendes? Incluso no te pido que la dejes. Solo quiero estar contigo, levantarme cada mañana con vos, que me traigas los sábados el desayuno a la cama, y en las tardes de domingo salir a pasear por el parque. Estoy cansada de ser la otra, de que quieras sacarme de tu vida continuamente.

Si vuelves a intentarlo te perseguiré por cada lugar a donde vayas, voy a stalkear todas tus cuentas, sabré a dónde vas, con quien estas, y cada vez que te des vuelta, ahí estaré. No podrás ni respirar y si por casualidad siguieses queriendo huir de mí, podría un día tocar la puerta de tu casa y presentarme con tu mujer, o ir a ver a tus hijos al colegio. Aunque me daría un poquito de pena.

Yo hice de ti, el que eres hoy. Gracias a mí descubriste que significa tener una casa. Que es ser padre de dos bonitas niñas. Volviste a escuchar esas canciones que tanto te hicieron bailar cuando eras joven o ver esa película que siempre decís que quieres ir a ver, y nunca tienes tiempo. Llamaste a tus amigos, esos que no ves tan seguido, conmigo tenías tiempo para hacer lo que nos apetecía. Ahora que vuelves a tu vida normal, desvaneces el tiempo, como la memoria en dictadura.

Dictadura, dictadura, resplandeciente y reluciente momento de la historia que me hizo sonreír como pocos momentos en la vida. Que vuelva el cuero sobre el cemento. Las caras contra los vidrios y los guantes que lavan las manos de los culpables o mejor dicho, de quienes tienen la responsabilidad de protegernos de la amenaza.

Imagínate si me haría bien ese mozo, que mi cuerpo, te ponía en palabras: su falta de marcas en la piel, su ausencia de granitos en la frente y la desaparición de las estrías. Sin lugar a duda mi mejor cara, aunque...

Yo soy, fui y seré elegante siempre, es claro que no sabes a quien tienes al lado. Claramente que una tiene mejores momentos en la vida, por ejemplo: cuando estuve de vacaciones en Roma -Que bella ciudad- si bien me gustaba mucho, por un momento pensé que me quedaría sin trabajo. Pero tuve la dicha que mi amiga “Paquita”, estuvo cerca para echarme un cable cuando le necesite. Esa es una amiga de fierro, con autoridad y mucha fuerza, que podría hacer callar a quien le diera la gana. Ella me ayudó mucho, y sin duda sin ella no sería quien soy. Claro que hoy tengo a otros amigos muy buenos, vox lo sabes Pepe. Mi vida es muy estresante, aunque no lo creas. Por suerte siempre tengo las vacaciones pagas, no hay mejor trabajo que ser una misma. La gente me quiere, me ama, mi carisma es inigualable. Tú me tienes para ti, y no me valoras, sabes a cuantos les gustaría ser yo y a cuantos les gustaría estar a mi lado.

Tengo todo lo que quiere un mortal, puedo hacer lo que quiera. Yo sé que sueñas conmigo repetidas noches, repetidos días, y de seguro me has buscado en internet o visto en la televisión, revistas o incluso en vivo. Cuando voy a saludar a mis siervos, esos descerebrados, incultos, burros, que gozan de mi presencia; mientras yo gozo de su dinero. Permitiéndome cualquier capricho que se me ocurra.

Está claro que he tenido que hacer algunas cositas menores, para verme beneficiada. Alguna vez, quizás tome prestado alguna cosita sin pedir permiso, que solo lo notaría, alguien muy crítico. Capaz alguna vez, ayude, acortarle los días alguna persona, que seguro no quería usufructuarlos. Todos tenemos alguna picardía, aunque, a veces se me escapa la mano todavía. Es que soy media cleptómana, ustedes me van a entender, sé que no me juzgarían. Porque me aman, lo mejor es que no sé porque y creo que ustedes tampoco. Es mejor no indagar, no sea cosa que se den cuenta que soy un poco picarona.

Estoy muy orgullosa de mi heredero, sin contar que cumplí con la raza humana. Deje un hombre de pura cepa, bien hombrecito, machote, de esos que le gustan los toros, es madridista, se toma su cerveza, manda en su casa, trabaja y mantiene a su familia, ¡ole! Esa es la evolución del ser humano, nada de esas pavadas de chips, y los japoneses, y robots, feminismo y afrobiodiversidad tecnológica. ¡No!, lo que se viene son estos machotes pitucos, que te abren la puerta, te dan un ramo de flores y te hacen mujer, que delicia.

Delicia, como vestirme de noche, en una fiesta, un casamiento, una despedida, un cumpleaños o casualmente en una discoteca. Incluso, habitualmente en el Bar. Pensar que me paseo por todas las mesas, habidas y por haber, te guiño desde la barra para que me veas, me mires, me quieras, me desees y para eso me gusta ponerme mi mejor traje; cuando está bien frio, ese, el amarillo limón. Quitarme mi sombrero o mejor aún, que me lo quites tú. Sentir tus manos suaves y tibias, con esas ganas de tocarme que emanas por los poros. Sentir que me pones en el aire y en seguida empiezas a rozar tus labios con los míos, hasta fundirme en esa boca hermosa, que espera con ansias que vacié mi interior, dentro tuyo y saciar esas ganas de mí. Que sé que te vuelven loco, que te señalan el sur de forma intensa, y como norte nuestro lecho. Ten cuidado con mi cuerpo, puede ser peligroso que abuses de mí. Te puede llevar a vivir la distancia entre ocio y adicción, vida y muerte o peor aún: la ostentación del sudor de los menos favorecidos.

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Real, contagiosa y fría es un texto fruto del encierro.  En el mismo se muestra la personificación de la palabra corona, bajo tres de sus acepciones; corona como elemento de la realeza, corona como virus y corona como marca de una bebida alcohólica. A lo largo del texto se intenta mostrar como las tres acepciones podrían verse como un elemento perjudicial para la salud humana. La puesta en escena de la obra busco alejarse del texto dramático e intervenir el texto performaticamente (de una forma: atrevida, cercana e interactiva), a partir de una lectura dramatizada 

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